jueves, noviembre 02, 2006

Mi hermana es un instrumento del caos

Ocurre que ella a veces no es consciente. Ocurre que a veces se disgusta. Pero no es culpa suya, la vida no puede permanecer impasible ante su existencia, el mero hecho de que la hobbita esté ahí hace que ocurran cosas.

En su nueva vida por La France ya ha ocurrido un milagrito: ha encontrado una vivienda encantadora. Está cerca del trabajo, es una casita bien cuidada, tiene jardín donde ya ha desayunado y más importante aún, el verdadero milagro, tiene red wifi.

Y luego han sucedido pequeñas catástrofes por otro lado habituales en el día a día de la hobbita.

Viajó en coche, 1200 Km del tirón. No está nada mal, salvo el pequeño disgusto de notar la desaparición del vehículo la noche anterior a la partida. Ni pegatina, ni señales, ni vado ni nada, el coche no estaba ni había rastro de él. Después del disgusto pensando en un posible robo resultó que no, o sea que sí pero que no, que quien lo había robado era el ayuntamiento, que necesitaba el hueco para una mudanza pero la noche que ella aparcó el coche ya había quitado la señalización de reserva.

Ya allí, volviendo a casa una noche en coche después de haber salido, se dispone la intrépida hobbita a incorporarse a una calle principal virando a la izquierda en una via insuficientemente iluminada y mal señalizada. Al girar se da cuenta de que hay dos calzadas, y como hobbita de ciudad que es se mete por la de la derecha... hasta que claro se percata que esa calzada tiene unas vias todo a lo largo por el centro. Mal rollo, fuera de ahí no vaya a pasar el tranvía. Pequeño susto.

El siguiente fin de semana nuestra peluda decide asistir a una fiesta que da una chica rusa a la que casi no conoce y decide ir de compras para no presentarse de vacío habiendo sido invitada casi por compromiso. Yendo justita de tiempo compró cómo no tres botellas de sangría :P, y mientras se dirigía al coche con la compra la bolsa cedió, rompiéndose todas las botellas y llenándole los pantalones del rico zumo.

Disgustada nuestra hobbita se lo comentaba a un compañero de trabajo que la creia lo justo, hala sí, qué de anecdotillas graciosas; y al ir a tomar un café juntos en plan tap tap tap eso le pasa a cualquiera revoltura de pelo toma una piruleta, él se sienta en una silla y ella casi se va al suelo con la otra, rota que estaba.

Me la imagino, cara de... medio de pena, de risa y de rabia, de todo me pasa a mí, de me he sentado aquí porque tú ya habías elegido la otra silla y me ha tocado la rota.

Pero es que la pobre no ha asumido la verdad, y es que al igual que nuestro abuelo batallitas es un instrumento de la ley ella lo es del caos y no puede elegir otra cosa. Nunca se va a aburrir, ni ella ni nosotros, porque siempre van a pasar cosas. Y eso es bueno :P. Aunque no siempre sea gracioso ;)

Que te crezcan fuertes los pelos en los pies :)

Seguro que esa fue la penúltima, cuéntanos la última ^^

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