miércoles, junio 08, 2005

Haciendo amigos

Iba a hablar sobre lo increible que me parece que mucha gente sea incapaz de conocer a otros con los que se sienta agusto. Cómo detesto que se grapen a una persona o a un grupo como una tabla salvavidas, como una persona que se está ahogando y en un intento de salir a respirar termina matando a quien se acercó a salvarlo.

No sé por qué se me ocurren esas cosas cuando solo quería decir que hoy seguramente me quedaré a tomar esas cervezas prometidas con la gente del gimnasio que parecen majísimos. Hoy no tengo compromisos y necesito volver pronto a casa para lavar la ropa y esas cosas, así que el plan me parece prometedor. Si no me surge otro plan, también iré el 24 a la cena que planean.

Y sin embargo, cuando veo lo fácil que es conocer a gente (que no hacer amigos) sólo pienso en lo agobiante que es conocer a parásitos sociales que viven su vida a través de tí o de tus amigos, sin aportar absolutamente nada porque no son nada. Y los detesto. Y juraría que ahora mismo no tengo ninguno cerca pero es que ya no los tolero. Quizá he conocido a demasiados en lo poco que llevo de vida, desde aquellas niñas en el colegio que pretendían que fuera su líder y me preguntaban en el recreo "¿a qué jugamos?" ¡Y yo que sé! ¡A lo que nos apetezca!. Pero sólo les apetecía lo que se les propusiera. Sic.

He desparasitado mi vida. Así está bien. Y hoy tomaré unas cervezas con gente maja.

No puedo evitarlo. Algún día dedicaré una entrada a los Mensistas que afirman que siempre se sintieron apartados. Creo que en algún momento cometieron un error, porque aunque hay mucho imbécil, la gente en general es buena. Y maja.

No hay comentarios: