martes, enero 24, 2006

De todas las historias de la Historia la más triste sin duda es la de España, porque temina mal.

Estoy decepcionada. Tanto Estatut para aquí y para allá para que al final salga adelante por algún motivo que no llego a entender.

Sólo sé que algunos quieren más. Supongo que se creerán mejores, porque si no no entiendo por qué quieren diferenciarse tanto del resto.

La última idiotez de IU en Asturias (a estas alturas será ya la penúltima o la antepenúltima) era que querían declarar a Asturias nación, insistir en la oficialidad del Bable y no sé qué otra cosa. La penúltima tontería de los gallegos es pretender reclamar pueblos asturianos como suyos; luego dicen que su política no es expansionista. La penúltima estupidez de los catalanes es anular a sus hijos como trabajadores potenciales en este pais que viven por desconocimiento del idioma. La penúltima de los vascos, poner sus huevos encima de la mesa y decir: nosotros somos ETA y el pueblo nos apoya. Vamos, la reunión esa de Batasuna con anagrama de ETA incluido. Y tal. A ver si alguien les da un martillazo bien gordo en ellos y se los revienta.

Tal vez es que últimamente hablo con gente muy crítica con el gobierno actual que empiezo a creer que las cosas van realmente mal. Aunque sé que si tuvieramos otro gobierno para mí las cosas irían mucho peor. ¿Es eso lo que queda, elegir entre mal y peor?. Eso parece.


Apología y petición

¿Y qué decir de nuestra madre España,
este país de todos los demonios
en donde el mal gobierno, la pobreza
no son, sin más, pobreza y mal gobierno,
sino un estado místico del hombre,
la absolución final de nuestra historia?

De todas las historias de la Historia
la más triste sin duda es la de España
porque termina mal. Como si el hombre,
harto ya de luchar con sus demonios,
decidiese encargarles el gobierno
y la administración de su pobreza.

Nuestra famosa inmemorial pobreza
cuyo origen se pierde en las historias
que dicen que no es culpa del gobierno,
sino terrible maldición de España,
triste precio pagado a los demonios
con hambre y con trabajo de sus hombres.

A menudo he pensado en esos hombres,
a menudo he pensado en la pobreza
de este país de todos los demonios.
Y a menudo he pensado en otra historia
distinta y menos simple, en otra España
en donde sí que importa un mal gobierno.

Quiero creer que nuestro mal gobierno
es un vulgar negocio de los hombres
y no una metafísica, que España
puede y debe salir de la pobreza,
que es tiempo aún para cambiar su historia
antes que se la lleven los demonios.

Quiero creer que no hay tales demonios.
Son hombres los que pagan al gobierno,
los empresarios de la falsa historia.
Son ellos quienes han vendido al hombre,
los que le han vertido a la pobreza
y secuestrado la salud de España.

Pido que España expulse a esos demonios.
Que la pobreza suba hasta el gobierno.
Que sea el hombre el dueño de su historia.


- Jaime Gil de Biedma -

3 comentarios:

Manuel (barcelona) dijo...

Creo que deberías intentar entender el tema de las identidades. Aún así lo que dices puede tener sentido sino fuera por como lo dices; a mi particularmente me suena mal.
Si lo he leido y respeto lo que dices es por el precioso poema de Gil de Biedma (por cierto, cantado por Paco Ibáñez)

Adûnaphel dijo...

Hola Manuel,

Esa entrada la escribi hace ya casi cuatro anos... en esencia sigo pensando lo mismo pero lo estructuraria de otra forma ahora. Releyendola es en ocasiones ofensiva sin argumentos...

El poema es una maravilla.

(nota; estoy con un teclado frances, ni tildes ni enies)

isaac dijo...

La verdad es que siendo sincero, aún estando mal explicado, no te molestes en entender el estatut; es manifiesto en tu escrito que no sbaes de lo que hablas y peor no has ni tan siquiera hecho un esfuerzo para entenderlo. Creo que el poema no pega ni con cola con lo que expones. ¿tu realmente te sientes orgullosa de España? en serio? madre mía dejame soñar que hay cosas que pueden ser mejores