sábado, septiembre 10, 2005

Y la vida sigue

La vida de cada persona gira entorno a unos determinados pilares. Mientras alguno se sostenga no tiene por qué hundirse. Esto lo digo como explicación a todas las personas que me ven bien, saliendo, con planes, mirando al futuro con ilusión; sólo por si acaso.

Mi vida en general es un poco caótica y me gusta. Lo único que tenía claro era (y sigue siendo) que nada era tan importante como una vida de pareja feliz. Yo conocí a la persona con la que quería compartir el resto de mi vida hace ya seis años y son muchas las ilusiones y planes que hemos compartido. En realidad, lo único que nos quedó por hacer es vivir juntos y formar una familia, y eso sólo porque no hubo bastante tiempo. Claro que no es justo. Pero fuimos todo lo felices que se puede ser, y eso durante años. Hace nada todavía nos reíamos cuando andábamos por la calle haciéndonos carantoñas de las caras de incredulidad de Bardo y el cachondeo que se traía con que las parejas a partir del segundo año ya se hartaban el uno del otro, y que le daba diabetes el vernos.

Pero no quedó nada por hacer que se pudiera hacer, ni nada por decir. Y aunque sea atea y no crea que exista nada más, de verdad que lo deseo, porque Tapia era una de las personas más buenas que conozco y seguro que tendría plaza reservada en su paraíso particular: el cielo de los masters. Estoy bien, sigo siendo feliz en casi todo momento, salvo cuando me encuentro cosas o situaciones que sé que le gustarían, y entonces desearía que siguiera aquí a mi lado para sonreirme una vez más.

No creo que hable más de él en el blog, porque lo cierto es que la vida sigue,aunque siempre le llevaré conmigo. Hablaré de mis otras vidas, que también son importantes. El trabajo, en donde me va bien y espero ir a mejor, la Sociedad Tolkien que tanto me gusta, mis amigos de aquí de Gijón, los de Ingeniería Química, los Cooritas, toda la gente fantástica que conozco y con la que me gusta quedar...

Mañana por ejemplo madrugo. Me voy al pueblo con mis padres, porque mi padre y yo hemos quedado con otro para hacer espeleología: visitar una cueva en el monte a la que se accede descolgándose unos cinco metros y que tiene kilómetros de extensión ahora que aún es virgen y no la han visitado geólogos ni estudiosos varios.

Hoy vengo de estar con amigos. Porque soy afortunada y tengo muchos amigos de esos que generalmente sólo se tiene un puñao. A pesar de todo, de verdad que creo que soy afortunada. Y también creo en un mundo más justo. Y que las cosas se pueden cambiar. (Y que el sistema de combate del cyberpunk es un coñazo). Contaré las cosas desde mi punto de vista, tal vez contagie a otros.

Sí, y también debería dormir. Es tarde y madrugo. Buenas noches.

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