sábado, diciembre 23, 2006

Blanca Navidad lejos de casa



Es lo que tiene el overbooking, que alguien tiene que quedarse fuera. Casi. Por los pelos. Para una vez que hago las cosas con tiempo, el hotel pagado desde hace días, levantarse a las seis y media para llegar a tiempo, entregar el coche cargado de gasolina para ir más rápido y facturar con dos horas de antelación para nada.

Los billetes baratos tienen otro significado aqui aparte del que conocemos. Habitualmente significa ir en las alas y con el ronroneo de los motores arrullándote todo el rato. Aquí además significa que eres moneda de cambio: no tienes plaza asignada en el avión. Entre 45 y 15 min antes de que salga el vuelo deciden qué queda libre y te lo asignan.

¿Qué pasa cuando hay overbooking? Que da igual a qué hora hayas facturado porque eres el relleno asi que tienes todas las papeletas para quedarte fuera. Y hoy lo había.

Por suerte me han dado la plaza in extremis, el siguiente en la lista de relleno se quedó en tierra. Pidieron voluntarios para volar al día siguiente, creo que recolocaron pasajeros en otros vuelos y juraría que así arañaron tres plazas, la última de las cuales llevaba mi nombre.

Akuna Matata, es Navidad y estoy de camino ^^. A no ser que en 4 horas escriba lo contrario cuando me digan que el vuelo Atlanta Madrid está lleno, pero lo dudo mucho.

Cambiando de tema, imágenes curiosas que se pueden ver por aquí. Ayer cené en el Pizza Hut (no apetece ir a un restaurante cuando estás solo) y había tres hermanos en una mesa: una niña y dos de sexo indefinido ^^u aunque por la ropa deportiva podrían ser niños, de entre 9 y 13 años. Estaban charlando entre ellos. En un momento dado me fijé que se estaban cogiendo de la mano y murmurando. Creí que estaban haciendo una huija, lo juro. La que seguro que era una niña terminó de decir algo, se soltaron y empezaron a comer Oo.

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