miércoles, diciembre 07, 2005

Instantánea

Desde el ventanuco contemplaba un mundo azul. Veía el cielo. Bañado por el Sol había un hermoso jardín con fuentes y flores por doquier y el arrullo del agua era acompañado por los cantos de las aves que allí habitaban. En verdad los grandes señores eran elegidos de Dios; ese lugar debía de ser muy parecido al Paraíso de Adán.

Con un suspiro la niña se apartó de la ventana, ya había perdido demasiado tiempo. Corrió hacia las despensas a realizar el encargo y luego de vuelta a las cocinas. Al mundo gris al que pertenecía. No pasaría de los treinta.

No hay comentarios: